Patatas Hasselback Truffle

Cocina con nosotros Desde clásicas patatas asadas hasta creativas ensaladas y platos gourmet, tenemos ideas para todos los gustos y ocasiones. Ver Compartir Porque nos importa el medio ambiente todos nuestros envases son 100% reciclables ¿Estás buscando un proveedor de patatas que garantice calidad. servicio y precio? FRUSANGAR es el distribuidor que necesitas Nuestro equipo comercial te atenderá sin ningún compromiso y te ofrecerá la solución que mejor se adapte a las necesidades de tu negocio. CONTACTAR
El cultivo de patata en la Comunidad de Madrid

La Comunidad de Madrid, reconocida por su dinamismo urbano, es también un referente en la agricultura de proximidad. Entre sus cultivos emblemáticos, la patata destaca no solo por su calidad, sino por su papel como eje del desarrollo rural. En municipios como Navalcarnero y las riberas del río Tajo, este tubérculo ha tejido una historia de esfuerzo, innovación y compromiso con la tierra. En Frusangar, como empresa arraigada en esta región, hemos sido testigos y partícipes de cómo este cultivo transforma vidas, sostiene economías locales y alimenta a millones de hogares. Un legado que florece junto al agua La ribera del río Tajo a su paso por la Comunidad de Madrid ha sido históricamente un enclave fértil para la agricultura. En municipios como Villamanrique de Tajo y Navalcarnero, el cultivo de patata encuentra condiciones óptimas: suelos arcillosos, clima mediterráneo con inviernos fríos y veranos cálidos, y la disponibilidad de agua para riego. Estos factores, combinados con técnicas ancestrales y tecnología moderna, dan como resultado variedades únicas como la patata La Chulapona, exclusiva de la región y cultivada por proveedores homologados de FRUSANGAR. Según datos del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural (IMIDRA), el 40% de la producción regional de patata se concentra en estas zonas. Navalcarnero, por ejemplo, aporta anualmente más de 15.000 toneladas de patata nueva, un producto que llega a los lineales en menos de 24 horas tras su recolección. Juan Martínez, agricultor de tercera generación en Navalcarnero, comparte su experiencia:«Mis abuelos cultivaban patatas con caballos y arados de madera. Hoy, mis hijos usan sistemas de riego por goteo y maquinaria GPS. Lo que no ha cambiado es el orgullo de ver cómo nuestro trabajo alimenta a familias y mantiene vivos estos pueblos». Por su parte, María López, de Villamanrique de Tajo, destaca el apoyo de empresas locales:«Con FRUSANGAR tenemos un compromiso a largo plazo. Nos asesoran en técnicas sostenibles y compran nuestra cosecha a precios justos. Eso nos permite invertir en mejoras y mantener vivas nuestras tierras». Más que un cultivo, una oportunidad El sector patatero genera 1.500 empleos directos en la Comunidad de Madrid, según el Informe Económico Regional de 2025. Además, por cada puesto en el campo, se crean 2,3 empleos indirectos en logística, transporte y comercio. Municipios como Ribatejada han revitalizado su economía con iniciativas que combinan agricultura y calidad de vida. Por ejemplo, el 35% de los trabajadores agrícolas en Madrid son menores de 35 años, reflejando un relevo generacional alentador. La tasa de paro en zonas rurales patateras es un 45% menor que la media regional (8,5% frente al 15,6% en otras áreas). En 2024, el sector agrícola madrileño contribuyó con 2.800 millones de euros al PIB regional (3,1% del total), siendo la patata uno de los productos más exportados. Además de otros modelos más sostenibles, como el de Patatas FRUSANGAR, con sus patatas de kilómetro cero, que han logrado reducir un 30% la huella de carbono en su distribución, según un estudio interno de 2025. Retos y oportunidades en 2025 Las sequías recurrentes y las lluvias torrenciales (como la DANA de 2023 que afectó al campo de la Comunidad de Madrid) exigen soluciones innovadoras. Por ejemplo, el desarrollo de la patata Baraka, una variedad que reduce el consumo de agua en un 20% y resiste plagas como el gusano de alambre. Mientras el precio en origen ha subido un 120% en cinco años, FRUSANGAR mantiene acuerdos estables con agricultores, evitando fluctuaciones bruscas. Este modelo ha permitido a pequeños productores planificar cosechas con seguridad, incluso en un contexto de inflación del 3,1% en productos agrícolas, según el informe los presupuestos generales para 2025 de la Comunidad de Madrid. El cultivo de patata en la Comunidad de Madrid es un ejemplo de cómo la agricultura puede ser moderna, sostenible y humana. Por ello, en FRUSANGAR, seguiremos apoyando a quienes trabajan la tierra, porque cada patata que cosechan es una semilla de futuro para nuestros pueblos. Como solemos decir: «De la tierra a tu mesa, con el sabor de siempre».
La importancia de consumir patatas de proximidad

Las patatas son uno de los alimentos más versátiles y nutritivos que podemos incorporar a nuestra dieta diaria. En un mundo donde cada vez prestamos más atención al origen de lo que comemos, las patatas de proximidad se han convertido en una opción que combina sabor, sostenibilidad y apoyo a la economía local. En FRUSANGAR, llevamos años apostando por productos cercanos que garantizan frescura y calidad, como nuestras patatas de la Comunidad de Madrid, que representan el compromiso con nuestras raíces y con un modelo alimentario más consciente y responsable. A lo largo de este artículo, descubriremos por qué elegir patatas de Km. 0 no es solo una decisión gastronómica, sino también una elección en favor de nuestra salud, el medio ambiente y el desarrollo económico de nuestra región. ¿Qué significa realmente consumir patatas de proximidad? Cuando hablamos de patatas de proximidad, nos referimos a aquellas que se cultivan, cosechan y distribuyen en un radio geográfico cercano al punto de consumo. Este concepto, también conocido como patatas de Km. 0, representa mucho más que una simple etiqueta comercial: es una filosofía de consumo que prioriza la cercanía entre productores y consumidores. Las patatas de proximidad se caracterizan por recorrer distancias cortas desde el campo hasta nuestra mesa, lo que permite que lleguen más frescas, con menos necesidad de conservantes y con una huella de carbono significativamente menor. Estamos hablando de tubérculos que pueden pasar de la tierra al punto de venta en cuestión de horas o pocos días, en lugar de semanas como ocurre con los productos importados. Este modelo de consumo favorece además un conocimiento más directo del origen de nuestros alimentos. Al elegir patatas de la Comunidad de Madrid, sabemos exactamente de dónde vienen, quién las ha cultivado y bajo qué condiciones se han producido. Esta trazabilidad resulta fundamental en un mundo donde cada vez valoramos más la transparencia en la cadena alimentaria. Las patatas de proximidad suelen cultivarse siguiendo métodos más tradicionales y respetuosos con el entorno, adaptados a las características específicas del terreno y el clima locales. Esto no solo garantiza su autenticidad, sino que también contribuye a preservar variedades autóctonas que podrían desaparecer frente a la estandarización global de cultivos. Las patatas de la Comunidad de Madrid: nuestro tesoro local La Comunidad de Madrid, aunque a menudo eclipsada por su carácter urbano, conserva una rica tradición agrícola que forma parte esencial de su identidad cultural y económica, destacando especialmente las patatas de la Comunidad de Madrid, cultivadas en zonas rurales como la Comarca de las Vegas. Estas patatas de calidad llevan el distintivo «M Producto Certificado», que garantiza su origen local y el cumplimiento de estrictos estándares de cultivo y manipulación, respetando tanto la tradición como las normativas sanitarias más exigentes. Dentro de estas variedades destaca La Chulapona, considerada la patata más valorada de la región y única con el sello M de garantía, lo que la convierte en un referente de las patatas de Km. 0. Esta patata estacional, sostenible y altamente versátil es ideal para cocer, hornear y guisar, manteniendo la misma calidad desde el inicio hasta el final de su temporada, que va de julio a octubre. Además, su cosecha nocturna asegura frescura y sabor excepcionales al minimizar los riesgos climáticos y preservar sus propiedades naturales. Este modelo agrícola no solo refuerza la sostenibilidad ambiental, sino también el compromiso con los agricultores locales y la promoción de productos auténticos que representan lo mejor del patrimonio madrileño. Beneficios de elegir patatas de proximidad Impacto ambiental positivo El consumo de patatas de proximidad contribuye significativamente a la reducción de la huella de carbono asociada a nuestra alimentación. Al recorrer distancias mucho menores que las patatas importadas, las emisiones de CO₂ generadas por su transporte disminuyen drásticamente. Las patatas sostenibles de cercanía suelen cultivarse siguiendo prácticas agrícolas más respetuosas con el medio ambiente. Muchos agricultores locales implementan sistemas de riego eficientes, utilizan menos productos químicos y adoptan técnicas de cultivo que respetan los ciclos naturales del suelo. Esto contrasta con algunas producciones intensivas a gran escala, donde la prioridad es el rendimiento a cualquier precio. El sector europeo de la patata, incluyendo a los productores de patatas de la Comunidad de Madrid, ha invertido considerablemente en la instalación de infraestructuras de energía renovable como paneles solares y turbinas eólicas. Estas iniciativas, junto con prácticas respetuosas de gestión del agua y del suelo, han contribuido en gran medida a lograr un sector más sostenible. Un dato revelador: las patatas necesitan mucha menos agua que otros carbohidratos como el arroz y la quinoa. El cultivo de un kilo de patatas requiere cinco veces menos agua que la producción de un kilo de arroz, lo que refuerza su condición de alimento sostenible, especialmente cuando hablamos de patatas de Km. 0. Beneficios para la economía local Optar por patatas de proximidad significa apoyar directamente a los agricultores de nuestra región, contribuyendo a la viabilidad económica de las explotaciones agrícolas locales. Este apoyo resulta fundamental para mantener vivo el sector primario en áreas donde la presión urbanística y el abandono rural suponen amenazas constantes. El cultivo, procesamiento y distribución de patatas de la Comunidad de Madrid genera puestos de trabajo en múltiples niveles: desde el campo hasta el transporte, el envasado y la comercialización. Al elegir productos locales, estamos contribuyendo a mantener estos empleos en nuestra comunidad. Además, el reconocimiento de las patatas de calidad local, como La Chulapona con su sello M, ayuda a posicionar los productos madrileños en el mercado, generando un valor añadido que repercute positivamente en toda la cadena productiva. Este prestigio contribuye a abrir nuevas oportunidades comerciales para otros productos de la región. Beneficios nutricionales y para la salud Las patatas de proximidad llegan a nuestros hogares en un estado óptimo de maduración y frescura, lo que garantiza que conserven al máximo sus propiedades nutricionales. Al no requerir largos procesos de conservación o transporte, mantienen intactos sus nutrientes esenciales. Las patatas son una fuente excepcional de vitamina C, vitaminas del grupo B (especialmente B6, B1 y B2), así como minerales esenciales como el potasio, el magnesio y el hierro. También aportan hidratos de carbono de absorción lenta, imprescindibles para el aporte de energía, proteínas,
Patatas españolas frente a los aranceles en EE.UU.

Las patatas de Verdete

El cultivo de la patata de verdete representa uno de los tesoros menos conocidos pero más valiosos de nuestra agricultura nacional. Este producto, característico de determinadas regiones del sur peninsular, permite mantener la disponibilidad de patata española durante los meses invernales, momento en que tradicionalmente dependíamos casi exclusivamente de importaciones. Con una producción que alcanzará las 100.000 toneladas para la campaña 2025, este cultivo no solo juega un papel fundamental en nuestra soberanía alimentaria, sino que además aporta cualidades organolépticas y culinarias excepcionales tanto para el consumidor final como para el sector HORECA. A lo largo de este artículo exploraremos en profundidad este cultivo singular, su importancia estratégica, sus características diferenciales y sus múltiples aplicaciones gastronómicas. ¿Qué son las patatas de verdete? La patata de verdete corresponde a una denominación tradicional que se utiliza en el sector agrícola español para referirse a un tipo específico de patata cultivada durante el periodo invernal. Este término designa un cultivo estratégico que permite disponer de patata nueva nacional en un periodo donde históricamente el mercado español ha dependido mayoritariamente de importaciones. El verdete es el término que recibe la patata de invierno que se cultiva principalmente en las regiones más cálidas del sur peninsular. Se caracteriza por ser un cultivo que se siembra generalmente a finales de verano, concretamente en agosto, para ser cosechado a partir de diciembre y durante los primeros meses del año siguiente. Esta temporalidad permite disponer de patata fresca de origen nacional durante enero y febrero, meses tradicionalmente complicados para la producción local. A diferencia de otras variedades, la patata de verdete presenta características morfológicas y organolépticas específicas: Forma generalmente ovalada y alargada Piel lisa y de coloración amarilla Carne de tonalidades amarillas, cuya intensidad varía según la variedad específica Textura firme que mantiene su integridad durante diversos procesos culinarios Alto contenido en materia seca, lo que la hace especialmente adecuada para determinadas preparaciones como frituras. Estas características diferenciales, resultado de la combinación entre variedades específicas y condiciones de cultivo particulares, dotan a la patata de verdete de propiedades muy apreciadas tanto por consumidores como por profesionales de la gastronomía. Zonas principales de cultivo en España La producción de patata de verdete se concentra principalmente en las regiones meridionales de España, donde las condiciones climáticas invernales permiten el desarrollo adecuado del cultivo durante un periodo en que otras zonas productoras tradicionales se encuentran limitadas por las bajas temperaturas. Región de Murcia: el epicentro productor La Región de Murcia constituye una de las principales zonas productoras de patata de verdete en España. Las características climáticas mediterráneas con influencia subdesértica que presenta esta región la convierten en un enclave perfecto para este cultivo invernal. Específicamente, las zonas de Cartagena, Lorca y Águilas destacan como áreas de cultivo preferente. Durante la última campaña documentada, la Región de Murcia contribuyó significativamente a la producción nacional con aproximadamente 24.000 toneladas de patata, lo que supuso un incremento del 9% respecto a las 22.000 toneladas de la campaña anterior. Estos datos confirman la tendencia creciente de este cultivo y su importancia estratégica para la economía agraria regional. Andalucía: tradición y expansión Andalucía representa el otro gran núcleo productor de patata de verdete en España. La distribución del cultivo abarca principalmente las provincias de Sevilla, Málaga, Almería y Granada. Durante la última campaña, se ha observado un incremento notable de la producción, especialmente en las zonas de Granada y Almería, donde se ha priorizado la variedad Soprano con resultados de calidad excepcional. Las condiciones climáticas andaluzas, con inviernos suaves y escasas heladas en las zonas costeras, permiten el desarrollo óptimo del cultivo durante los meses más fríos del año. La diversidad de microclimas dentro de la región facilita además una producción escalonada, extendiendo el periodo de disponibilidad del producto fresco. Otras zonas complementarias Aunque Murcia y Andalucía constituyen los principales centros productores, existen otras zonas que complementan la oferta nacional: En la temporada más reciente, Portugal ha emergido como zona complementaria para algunos productores españoles, especialmente en la zona del Montijo, donde se cultivan variedades como Colomba y Red Lady que satisfacen las mismas necesidades de mercado. En el pasado, zonas como Jijona (Alicante) también han contribuido a la producción de variedades específicas como la Del Río-Urgenta, aunque actualmente su presencia es menor. Esta distribución geográfica permite optimizar las condiciones productivas específicas de cada zona, garantizando un suministro estable y de calidad durante todo el periodo invernal. Ciclo productivo y manejo del cultivo El ciclo productivo de la patata de verdete presenta particularidades que lo diferencian claramente de otros cultivos de patata en nuestro país, adaptándose a unas condiciones estacionales específicas que permiten aprovechar las ventajas climáticas de las regiones meridionales. Calendario y temporalidad La patata de verdete sigue un calendario claramente definido que permite cubrir un nicho estratégico en el mercado nacional: Siembra: Se realiza generalmente durante el mes de agosto, cuando las temperaturas aún son elevadas pero comienzan a moderarse, permitiendo una germinación y desarrollo vegetativo inicial en condiciones óptimas. Desarrollo vegetativo: Durante los meses de septiembre y octubre, la planta desarrolla su follaje aprovechando temperaturas todavía favorables para el crecimiento vegetativo. Tuberización: Se produce principalmente durante octubre y noviembre, cuando la planta canaliza su energía hacia el desarrollo de los tubérculos subterráneos. Cosecha: La recolección comienza en diciembre y puede extenderse hasta febrero, dependiendo de las zonas específicas de cultivo y las variedades empleadas. Esta temporalidad permite que el producto llegue al mercado precisamente cuando las reservas de patata nacional de la campaña de verano comienzan a agotarse. Esta distribución temporal convierte a la patata de verdete en un elemento clave para garantizar la continuidad del suministro de patata nacional a lo largo de todo el año, complementando perfectamente las producciones de otras regiones productoras con diferentes calendarios. Técnicas de cultivo específicas El manejo agronómico de la patata de verdete requiere técnicas adaptadas a las condiciones particulares del cultivo invernal: La preparación del terreno debe prestar especial atención al drenaje, factor crítico para evitar problemas asociados a la mayor pluviometría típica del periodo otoñal-invernal en las zonas mediterráneas. La selección de semilla resulta determinante, empleándose variedades específicamente adaptadas
Los principales beneficios de las patatas para la salud

Las patatas han sido un alimento fundamental en la dieta de muchas culturas alrededor del mundo. Su versatilidad en la cocina y su capacidad para aportar energía, nutrientes esenciales y beneficios para la salud las convierten en un ingrediente imprescindible. A pesar de ciertos mitos, las patatas no solo son una fuente de carbohidratos, sino que también contienen una gran cantidad de vitaminas, minerales y antioxidantes que favorecen el bienestar del organismo. En este artículo, exploraremos los principales beneficios que aportan las patatas al organismo, explicando por qué este tubérculo es un aliado esencial en una alimentación saludable. Beneficios nutricionales de la patata Las patatas son un alimento completo y equilibrado que ofrece una amplia gama de nutrientes esenciales para el cuerpo humano. Entre sus principales propiedades nutricionales encontramos: Fuente de energía saludable Las patatas son ricas en carbohidratos complejos, especialmente en forma de almidón, lo que las convierte en una fuente de energía sostenible para el organismo. A diferencia de los azúcares simples, estos carbohidratos se digieren lentamente, proporcionando sacién y evitando picos de glucosa en sangre. Alto contenido en fibra Consumir patatas con piel aumenta significativamente su contenido en fibra dietética, lo que contribuye a una mejor digestión y salud intestinal. La fibra ayuda a regular el tránsito intestinal, previene el estreñimiento y favorece una microbiota intestinal equilibrada. Ricas en vitaminas y minerales esenciales Las patatas contienen importantes vitaminas y minerales, entre los que destacan: Vitamina C: Potente antioxidante que fortalece el sistema inmunológico y favorece la absorción del hierro. Vitamina B6: Esencial para el metabolismo de las proteínas y la producción de neurotransmisores. Potasio: Mineral clave para la salud cardiovascular, ya que ayuda a regular la presión arterial. Magnesio: Contribuye a la función muscular y nerviosa, así como a la salud ósea. Beneficios de las patatas para la salud Además de sus propiedades nutricionales, el consumo regular de patatas aporta numerosos beneficios para la salud: Favorecen la salud cardiovascular Gracias a su contenido en potasio, las patatas ayudan a equilibrar los niveles de sodio en el cuerpo, lo que contribuye a mantener una presión arterial estable y reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, los antioxidantes presentes en las patatas, como los flavonoides y los carotenoides, tienen un efecto protector sobre el corazón. Contribuyen al control del peso Contrario a la creencia popular, las patatas no engordan si se preparan de forma saludable. Su alto contenido en fibra y agua proporciona una sensación de saciedad, lo que puede ayudar a reducir el consumo de otros alimentos más calóricos. Las patatas hervidas o al horno son una excelente opción para incluir en una dieta equilibrada sin aumentar el aporte calórico de manera significativa. Benefician la función cerebral Las patatas contienen colina, un nutriente esencial para la salud del cerebro y la función cognitiva. La colina contribuye a la producción de neurotransmisores que intervienen en la memoria y el aprendizaje. Además, la presencia de antioxidantes ayuda a proteger las células cerebrales del daño oxidativo. Mejoran la digestión y la salud intestinal La fibra de las patatas, especialmente cuando se consumen frías después de ser cocidas, forma almidón resistente, un tipo de fibra prebótica que alimenta las bacterias beneficiosas del intestino, mejorando la salud digestiva y favoreciendo el equilibrio de la microbiota. Son aliadas en la recuperación muscular El potasio y el magnesio presentes en las patatas juegan un papel clave en la recuperación muscular, ayudando a prevenir calambres y a mejorar el rendimiento físico. Por ello, son un alimento recomendado para deportistas o personas con alta actividad física. Consejos para consumir las patatas de forma saludable Para aprovechar al máximo los beneficios de las patatas, es importante prepararlas de forma adecuada: Opta por cocciones saludables Evita las frituras y opta por patatas hervidas, al vapor, al horno o a la plancha para reducir la cantidad de grasa innecesaria. Consúmelas con piel La piel de la patata es rica en fibra y antioxidantes, por lo que es recomendable consumirlas bien lavadas y cocinadas con su cáscara. Combínalas con proteínas y grasas saludables Acompañarlas con alimentos ricos en proteínas (huevo, pescado, legumbres) y grasas saludables (aguacate, frutos secos, aceite de oliva) mejora su perfil nutricional y proporciona una comida equilibrada. Las patatas son un alimento completo, lleno de beneficios para la salud, y lejos de ser un enemigo en la dieta, pueden formar parte de un estilo de vida saludable si se consumen adecuadamente. Su riqueza en carbohidratos saludables, fibra, vitaminas y minerales las convierte en un excelente aliado para la energía, el sistema digestivo, el corazón y el cerebro. Si buscas un alimento versátil, económico y nutritivo, no dudes en incluir las patatas en tu dieta. Con la elección de variedades de calidad como las de FRUSANGAR, garantizas el mejor sabor y valor nutricional en cada bocado.
Variedades de patata nueva española de primavera

La riqueza de las variedades autóctonas españolas España es un auténtico tesoro agrícola, y sus patatas de primavera son una de las joyas más preciadas de su patrimonio gastronómico. A lo largo de los siglos, diversas variedades de patata han sabido adaptarse a la diversidad de suelos y climas que ofrece nuestro país, dando lugar a cultivos con una identidad única e inconfundible. Más allá de su innegable calidad y sabor, estas variedades autóctonas son un reflejo de la riqueza cultural y agrícola de cada región. Desde los campos del norte, donde la humedad y el frescor del Atlántico dotan a las patatas de una textura firme y un gusto delicado, hasta las zonas más cálidas del sur, donde las tierras fértiles y el sol generoso producen tubérculos de piel fina y carne sabrosa. Cada una de estas variedades, además de su valor gastronómico, desempeña un papel fundamental en la sostenibilidad del sector, favoreciendo la biodiversidad y la economía local. En un mercado cada vez más globalizado, estas patatas han sabido mantener su prestigio y están viviendo un resurgimiento gracias a la apuesta por el producto de proximidad y calidad diferenciada. Las estrellas regionales España es un país de contrastes, y su geografía diversa se refleja en la riqueza de sus cultivos. Desde los suelos fértiles y húmedos del norte hasta las tierras soleadas y secas del sur, las patatas de primavera han evolucionado para adaptarse a cada entorno, desarrollando características únicas que las convierten en un auténtico emblema regional. Cada comunidad autónoma cuenta con variedades que destacan tanto por su calidad como por su papel en la gastronomía local. Además, la creciente demanda de productos de proximidad ha impulsado su presencia en el mercado, con cifras que reflejan un notable crecimiento año tras año. A continuación, exploramos algunas de las variedades más representativas, sus cualidades distintivas y el impacto que tienen en la producción nacional. Patata Galega (Galicia) Cualidades: Piel fina, carne amarilla y alto contenido en almidón, lo que le otorga una textura cremosa y un sabor intenso. Usos: Emblemática en platos tradicionales como el caldo gallego y la tortilla de patatas, donde su capacidad de absorción realza los sabores. Dato clave: En 2024, Galicia cosechó 18.000 toneladas de esta variedad, con una previsión de crecimiento del 7% en 2025, lo que la posiciona como una de las variedades autóctonas con mayor proyección. Patata de Prades (Cataluña) Cualidades: Piel rojiza, textura firme y un delicado equilibrio entre dulzura y terrosidad. Usos: Muy apreciada en restaurantes gourmet, especialmente para frituras y guarniciones, gracias a su capacidad para mantener la consistencia. Dato clave: En 2024, Cataluña produjo 12.500 toneladas, consolidándose como una de las principales regiones exportadoras, con destino a mercados exigentes como Francia e Italia. Patata de Tenerife (Canarias) Cualidades: De tamaño pequeño, piel morada y un sabor ligeramente terroso, resultado del cultivo en suelos volcánicos. Usos: Un ingrediente innovador en platos de alta cocina, además de estar ganando popularidad en la elaboración de snacks saludables. Dato clave: La producción en 2024 alcanzó las 6.700 toneladas, con una previsión de crecimiento del 5% en 2025, impulsada por el auge del producto local y sostenible. Otras joyas autóctonas Patata de Málaga (Andalucía): Especialmente resistente a sequías, gracias a su capacidad de adaptación a climas cálidos. En 2024, la producción alcanzó 8.200 toneladas, con expectativas de expansión en mercados nacionales. Patata de la Vega de Valencia (Comunidad Valenciana): Conocida por su excelente rendimiento en cocción, es cada vez más demandada en la alta gastronomía. En 2024, la demanda aumentó un 15%, reforzando su posición como una de las variedades más apreciadas en el sector culinario. Las patatas de primavera españolas no solo son un reflejo de la riqueza agrícola del país, sino también un motor de innovación y sostenibilidad en el sector. Su crecimiento constante y su papel clave en la gastronomía regional demuestran que estas joyas autóctonas seguirán conquistando mercados y paladares en los próximos años. Retos en el cultivo de patatas de primavera El cultivo de patatas de primavera en España es una actividad clave dentro del sector agrícola, pero no está exento de desafíos. Las condiciones climáticas impredecibles, la aparición de plagas y la necesidad de aplicar prácticas sostenibles son factores que influyen directamente en la producción y calidad de estos tubérculos. A pesar de estos retos, los agricultores están implementando estrategias innovadoras para garantizar cosechas estables y sostenibles, minimizando el impacto ambiental y asegurando productos de alta calidad para el mercado. Clima impredecible y manejo sostenible El clima es uno de los factores más determinantes en la producción de patatas de primavera. Lluvias tardías, heladas inesperadas o periodos de sequía pueden afectar gravemente los rendimientos, retrasando la cosecha y comprometiendo la calidad del producto. Para hacer frente a estas condiciones, los productores han adoptado técnicas de manejo sostenible, entre las que destacan: Riego por goteo, que permite un uso eficiente del agua, evitando el estrés hídrico en las plantas y reduciendo el desperdicio de este recurso. Rotación de cultivos, una práctica clave para mantener la fertilidad del suelo y reducir la incidencia de plagas y enfermedades. Coberturas vegetales y acolchados, que ayudan a regular la temperatura del suelo y proteger los cultivos de los cambios bruscos del clima. Estas estrategias no solo mejoran la resiliencia del cultivo, sino que también promueven una producción más sostenible y adaptada a los desafíos del cambio climático. Plagas y enfermedades comunes El cultivo de patatas es especialmente vulnerable a ciertas plagas y enfermedades, que pueden comprometer la cosecha si no se controlan de manera adecuada. Entre las más comunes destacan: Mildiu: Un hongo que prolifera en ambientes húmedos y provoca la descomposición del follaje, afectando el crecimiento de los tubérculos. Polilla guatemalteca: Un insecto invasor cuyas larvas perforan la patata, disminuyendo su calidad y dificultando su comercialización. Para combatir estas amenazas, se está apostando por el uso de variedades resistentes y métodos de control biológico que reduzcan la dependencia de productos químicos.
¿Cómo conservar las patatas frescas por más tiempo?

¿Cuál es el mejor método para almacenar patatas y evitar que broten? Las patatas son un alimento fundamental en cualquier cocina, tanto a nivel doméstico como en la hostelería y la restauración. Sin embargo, su correcta conservación es clave para mantener su calidad, textura y sabor por más tiempo. Aunque existen diversas creencias sobre el mejor lugar para almacenarlas, hay ciertos factores esenciales que pueden marcar la diferencia en su durabilidad. Uno de los problemas más comunes es la aparición de brotes, un proceso natural que ocurre cuando las patatas están expuestas a la luz o a temperaturas inadecuadas. Además, la humedad y la ventilación juegan un papel crucial en su conservación. Mantenerlas en un lugar oscuro, fresco y seco ayuda a prolongar su frescura y evitar que se ablanden o desarrollen moho. El lugar ideal para almacenar patatas y evitar la aparición de brotes Uno de los errores más comunes al almacenar patatas es dejarlas en la cocina o en la despensa a temperatura ambiente, lo que acelera la aparición de brotes y su deterioro. El truco definitivo para alargar su frescura es guardarlas en un lugar fresco, oscuro y bien ventilado, como una bodega o un sótano con temperaturas entre los 4 y 10 °C. A diferencia de lo que muchos creen, el frigorífico no es una opción recomendable. A temperaturas inferiores a 4 °C, los almidones de la patata se convierten en azúcares, alterando su sabor y textura. Además, esta transformación puede generar compuestos no deseados cuando se cocinan a altas temperaturas. Otro consejo útil es almacenarlas en sacos de yute, cajas de madera o bolsas de papel, ya que permiten la circulación del aire y evitan la acumulación de humedad. También se recomienda mantenerlas alejadas de cebollas, ya que estas desprenden gases que aceleran el proceso de germinación de las patatas. Principales variedades de patatas españolas y su capacidad de conservación España cuenta con una gran diversidad de variedades de patatas, cada una con características específicas que influyen en su durabilidad y uso gastronómico. A continuación, presentamos algunas de las más destacadas: 1. Patata Agria Uso: Ideal para freír gracias a su bajo contenido en agua. Durabilidad: Alta. Se conserva bien en condiciones óptimas y no brota rápidamente. 2. Patata Monalisa Uso: Muy versátil, apta para freír, cocer y asar. Durabilidad: Media. Aunque tiene buena conservación, es más propensa a brotar en condiciones de calor. 3. Patata Kennebec Uso: Excelente para guisos y tortillas. Durabilidad: Alta. Tiene una piel resistente que la protege de la deshidratación. 4. Patata Red Pontiac Uso: Perfecta para cocidos y ensaladas. Durabilidad: Media-baja. Su piel fina la hace más vulnerable a la pérdida de frescura. 5. Patata Spunta Uso: Muy usada en hostelería por su gran tamaño y versatilidad. Durabilidad: Alta. Se conserva bien en ambientes frescos. 6. Patata Vitelotte Uso: Especial para recetas gourmet. Durabilidad: Baja. Su piel fina y su alto contenido en humedad reducen su tiempo de almacenamient ¿Cómo FRUSANGAR garantiza la frescura de sus patatas? En FRUSANGAR, trabajamos con patatas de origen España, seleccionando las mejores variedades para garantizar calidad y frescura. Nuestras patatas se almacenan en instalaciones con temperatura y humedad controladas, evitando la aparición de brotes prematuros y preservando su sabor y textura. Además, utilizamos métodos de distribución optimizados, sin necesidad de disponer grandes cantidades de stock almacenado, que permiten que el producto llegue a su destino en condiciones ideales, directamente del campo a las mesas de consumidores finales, como para los negocios de profesionales del sector alimentario. Mantener las patatas frescas por más tiempo depende de un buen almacenamiento y del uso de variedades que tengan mayor durabilidad. El mejor truco es conservarlas en un lugar fresco, oscuro y bien ventilado, lejos de fuentes de calor y humedad. Si buscas patatas de calidad y origen España, en FRUSANGAR te ofrecemos las mejores variedades para tu cocina o negocio, garantizando frescura y sabor en cada entrega.
El Truco de los Chefs para potenciar el sabor de las patatas hervidas

¿Las patatas hervidas te parecen aburridas? Prueba este truco Las patatas son un ingrediente versátil y esencial en cualquier cocina, pero cuando se hierven, muchas veces pierden parte de su sabor. Si alguna vez has sentido que las patatas hervidas son demasiado simples o insípidas, no te preocupes, porque hoy te traemos un truco que utilizan los mejores chefs para potenciar su sabor sin esfuerzo. ¡Y lo mejor de todo es que solo necesitas añadir un ingrediente extra al agua de cocción! El secreto está en las especias Generalmente, cuando hervimos patatas, solemos añadir sal al agua para darles un toque de sabor. Sin embargo, los expertos recomiendan ir un paso más allá: incorporar especias y hierbas aromáticas. Este sencillo cambio transforma por completo el resultado final, logrando patatas más sabrosas y con un toque gourmet. ¿Qué especias usar? Las opciones son muchas, pero aquí te dejamos algunas de las más recomendadas por los chefs: Laurel: Aporta un aroma sutil y profundo que combina a la perfección con la textura de la patata. Pimienta negra en grano: Intensifica el sabor sin ser demasiado invasiva. Ajo en polvo o dientes de ajo enteros: Un clásico que realza cualquier plato con un toque de umami. Romero y tomillo: Estas hierbas aportan un aire mediterráneo inconfundible. Cúrcuma: No solo mejora el sabor, sino que además le da a las patatas un color dorado espectacular. Comino: Ideal para darle un matiz ligeramente exótico y especiado. Cómo aplicar este truco paso a paso Lava y pela (opcional) las patatas antes de hervirlas. Coloca las patatas en una olla con agua fría suficiente para cubrirlas por completo. Añade sal y las especias de tu elección. Puedes probar una combinación de laurel, ajo y pimienta negra para un sabor equilibrado. Lleva el agua a ebullición y deja que las patatas se cuezan a fuego medio hasta que estén tiernas (aproximadamente 20-25 minutos, dependiendo del tamaño). Escurre y sirve. Puedes disfrutarlas tal cual o darles un toque extra con un chorrito de aceite de oliva y unas escamas de sal. Recetas donde este truco brilla Este método de cocción con especias se adapta a muchas recetas clásicas y modernas. Aquí tienes algunas ideas para inspirarte: 1. Ensalada de patata especiada En lugar de una ensalada de patata convencional, prueba a usar patatas cocidas con laurel y comino. Mézclalas con un aliño de yogur, mostaza y eneldo para un toque refrescante. 2. Patatas machacadas con ajo y romero Hierve las patatas con ajo y romero, luego aplástalas ligeramente y ásalas al horno con un poco de mantequilla y queso parmesano. ¡El resultado es irresistible! 3. Puré de patatas con cúrcuma y pimienta Dale un giro a tu puré de patatas tradicional añadiendo cúrcuma al agua de cocción y un toque de pimienta negra al final. Queda cremoso, aromático y con un color vibrante. Para más ideas y recetas con patatas, te invitamos a descubrir todas las opciones que tenemos para ti en nuestra sección de recetas: Recetas con Patatas. La importancia de elegir la patata adecuada No todas las patatas son iguales, y para cada preparación hay una variedad que se adapta mejor. Si quieres asegurarte de usar la mejor opción para cada plato, te recomendamos explorar nuestras variedades de patatas en Patatas FRUSANGAR. Descubre cuáles son las más adecuadas para hervir, freír o asar en nuestro catálogo: Variedades de Patatas FRUSANGAR. Las patatas hervidas no tienen por qué ser aburridas. Con el simple truco de añadir especias y hierbas aromáticas, puedes transformar este plato básico en una experiencia culinaria mucho más rica y deliciosa. Experimenta con distintas combinaciones de especias, prueba nuevas recetas y disfruta del auténtico sabor de las patatas en su máxima expresión. ¿Te animas a probarlo? ¡Cuéntanos cuál es tu combinación favorita y no olvides visitar nuestro catálogo para encontrar la patata perfecta para cada ocasión!
Innovación y tecnología en la selección de patatas

La evolución tecnológica ha transformado la industria agroalimentaria, y el sector de la producción y distribución de patatas no es la excepción. Hoy en día, la automatización en la selección y clasificación de patatas permite optimizar los procesos de calidad, reducir el desperdicio y cumplir con los exigentes estándares de certificaciones como IFS Food y Global GAP. En este artículo, exploraremos las tecnologías más innovadoras, los fabricantes líderes del sector y cómo su aplicación mejora la eficiencia y sostenibilidad de la producción. Inteligencia Artificial y Visón Artificial en la clasificación de patatas La visión artificial y la inteligencia artificial (IA) han revolucionado la forma en que las patatas son clasificadas. Sistemas como Tomra 5A, desarrollado por Tomra Food, utilizan cámaras de alta resolución y algoritmos avanzados de IA para analizar cada patata en tiempo real, detectando defectos como golpes, deformidades o enfermedades superficiales. Estos sistemas permiten: 1. Mayor precisión en la clasificación Las innovaciones en tecnología de clasificación han permitido alcanzar una mayor precisión en la selección y procesamiento de las patatas, asegurando que solo los productos en óptimas condiciones lleguen al mercado o a la industria alimentaria. Los sistemas de visión artificial, combinados con inteligencia artificial (IA) y aprendizaje automático, permiten analizar rápidamente cada patata en función de su color, textura, tamaño y forma, identificando defectos externos como: Magulladuras o golpes que pueden afectar la apariencia y calidad del producto. Podredumbre o enfermedades que comprometen la seguridad alimentaria. Deformaciones o tamaños irregulares, esenciales en productos que requieren un calibre homogéneo, como las patatas fritas o precocidas. Gracias a esta precisión, se evita que productos defectuosos lleguen al consumidor, garantizando la homogeneidad en cada lote y asegurando un estándar de calidad uniforme. Además, permite adaptar la clasificación a distintos mercados, separando las patatas ideales para el consumo fresco de aquellas que serán procesadas industrialmente. 2. Reducción del desperdicio La implementación de tecnologías de clasificación y selección también contribuye significativamente a la reducción del desperdicio, optimizando el uso de las materias primas y disminuyendo las pérdidas económicas. Las patatas descartadas en la primera selección no necesariamente se desechan, sino que pueden redirigirse a otros usos industriales, tales como: Producción de almidón, utilizado en la industria alimentaria, farmacéutica y textil. Fabricación de copos o puré de patata instantáneo, aprovechando aquellas patatas que no cumplen con los estándares de forma, pero sí de calidad interna. Biogás y alimentación animal, donde los residuos pueden transformarse en fuentes de energía o en suplementos nutricionales para el ganado. Esto no solo tiene un impacto positivo en la sostenibilidad, sino que también mejora la rentabilidad de la producción al minimizar las pérdidas de materia prima y aumentar el aprovechamiento de los recursos. 3. Automatización del control de calidad La automatización del control de calidad es clave para eliminar la variabilidad inherente a la inspección manual, asegurando un monitoreo continuo y en tiempo real de las patatas durante todas las etapas del procesamiento. Los sistemas modernos de visión artificial y sensores avanzados permiten: Detectar defectos de manera instantánea, sin interrupciones en la línea de producción. Ajustar parámetros de clasificación en tiempo real, asegurando una calidad constante. Reducir la intervención humana, lo que minimiza errores subjetivos y aumenta la eficiencia operativa. Además, la recopilación de datos en tiempo real permite tomar decisiones estratégicas de manera más rápida y precisa, optimizando la producción y garantizando la máxima calidad del producto final. Sensores hiperespectrales para la detección de defectos internos Empresas como Insort GmbH han desarrollado sistemas como Sherlock Food Analyzer, que utilizan sensores hiperespectrales para analizar la composición interna de cada patata. Estos sensores permiten: 1. Detección de defectos internos no visibles externamente Uno de los mayores retos en la industria de la patata es identificar defectos internos que no pueden detectarse a simple vista, como el oscurecimiento interno, daños por congelación, necrosis o cavidades internas. Para ello, se utilizan tecnologías avanzadas como: Espectroscopia de infrarrojo cercano (NIR): Permite analizar la composición interna de la patata sin necesidad de cortarla, detectando variaciones en su estructura química asociadas a daños o enfermedades. Rayos X y tomografía computarizada (CT): Se emplean en entornos industriales para detectar defectos estructurales internos antes de la clasificación y procesamiento. Análisis de imágenes hiperespectrales: Esta técnica capta información en diferentes longitudes de onda para identificar cambios en la textura y composición de la patata, permitiendo detectar defectos no visibles externamente. Estas tecnologías mejoran la eficiencia de la selección, reducen el desperdicio y aseguran que solo las patatas en óptimas condiciones lleguen a los consumidores o al procesamiento industrial. 2. Clasificación de patatas según su contenido de materia seca El contenido de materia seca en las patatas es un factor clave para determinar su mejor uso en diferentes aplicaciones industriales: Para fritura (patatas chips o a la francesa): Se requiere un alto contenido de materia seca (superior al 20%), ya que una menor cantidad de agua reduce la absorción de aceite y mejora la textura crujiente. Para puré o productos deshidratados: Se prefieren patatas con un contenido de materia seca moderado (18-20%), ya que esto garantiza una consistencia cremosa sin volverse demasiado harinosas. Para consumo fresco o cocción: Se utilizan patatas con menor materia seca (menor al 18%), que retienen más agua y ofrecen una textura firme tras la cocción. Para clasificar las patatas según su materia seca, se usan métodos como: Medición de la densidad flotante en soluciones salinas. Espectroscopia de infrarrojo cercano (NIR), que analiza la composición química sin contacto. Análisis de conductividad dieléctrica, que evalúa la cantidad de agua en la patata. Esta clasificación optimiza la asignación de lotes según su destino final, mejorando la eficiencia de la producción y la calidad del producto final. 3. Asegurar una calidad homogénea en la producción industrial de derivados de la patata Para garantizar un estándar de calidad constante en productos como patatas fritas, purés instantáneos, fécula de patata o productos precocidos, se deben aplicar controles rigurosos en todo el proceso: Selección de materias primas: La clasificación previa